¿Por Qué papá no delega en nosotros y nos deja que llevemos el negocio?

¡No entiendo que Alfredo (mi cuñado) cobre más que tú (mi marido), si tú trabajas mucho más que él!

¿Porqué la novia de mi hermano está trabajando para la empresa familiar, y mi mujer no puede hacerlo?

Situaciones como estas y muchas más se suelen producir en el quehacer diario de las empresas familiares. Si alguien conoce alguna empresa familiar, o simplemente forma parte de ella, sabrá lo que digo.

A la hora de abordar este tipo de situaciones delicadas, la verdad es que hoy en día nos encontramos con muy pocas soluciones, y las pocas que hay, son caras y engorrosas (la vía judicial ha de ser siempre la última solución a la que recurrir).

Por contra, la mediación viene siendo considerada como un procedimiento que favorece la comunicación entre personas que mantienen una relación que pretenden preservar en el tiempo. Resulta y consiste en un buen sistema para prevenir y gestionar los conflictos en el seno de la empresa familiar, pudiendo ser incluido en el protocolo familiar, y cuenta con ciertas particularidades respecto al proceso general de mediación en otros ámbitos.

Los problemas que se generan en la empresa familiar tienen su causa en su propia naturaleza estructural y en la configuración de esta organización empresarial, que se caracteriza por la interrelación básicamente de dos sistemas, por un lado el empresarial que actúa con criterios lógicos (gerencia de la empresa, reparto de dividendos…), mientras que de otro lado el familiar se desarrolla, principalmente, a través de lazos afectivos.

Las situaciones conflictivas más habituales en la empresa familiar suelen tener como causas más comunes las siguientes:


1. 
Gestión del patrimonio familiar y societario.

2. Dificultades para deslindar y organizar los intereses de los miembros del sistema empresa, sistema familiar y el sistema de sociedad.

3. Las relacionadas con el cambio generacional que puede entrañar dificultades relativas al desarrollo de una visión compartida y consistente del negocio y de las relaciones que la familia debe tener con la empresa.

4. Problemas de comunicación, como consecuencia de la sucesión del fundador, en la gestión o en la sociedad.

5. Deficiente organización del capital, donde coexisten mayorías y minorías que pueden tener visiones enfrentadas.

6. De las responsabilidades asumidas y la remuneración de los miembros de diferentes generaciones.

7. Falta de liderazgo empresarial definido o no asumido entre los miembros de una misma generación.


Todos estos conflictos llegan a provocar problemas y tensiones en los componentes familiares que afectarán a la buena marcha del negocio en común. Al desgaste personal producido por el deterioro de las relaciones personales entre los miembros de la propia familia, se suma el coste empresarial producido por los problemas internos en las gestión del negocio, y es esa confusión en los dos ámbitos la que puede suponer al fin un cóctel peligroso que redunde muchas veces en situaciones insalvables, terminando en muchos de los casos con las relaciones tanto personales como empresariales.

La mediación es una herramienta idónea para establecer canales de comunicación que se han ido desvaneciendo, permite alcanzar acuerdos sobre las discrepancias, generando una atmósfera de diálogo donde surgen soluciones colaborativas, generando con ello la estabilidad emocional que se pretende en los dos ámbitos, el personal, y el empresarial.

La Directiva Comunitaria 2008/52 sobre ciertos aspectos de la mediación en asuntos civiles y mercantiles, incorporada en la Ley 5/2012, de 6 de julio, la considera una solución económica y rápida para este tipo de conflictos, pues favorece un mayor grado de cumplimiento del acuerdo adoptado a la vez que preserva la relación entre los miembros de la empresa.

Dado el amplio abanico de situaciones que pueden surgir en los conflictos que afectan a las empresas familiares, las relaciones interpersonales y su proyección a nivel organizativo, podemos acudir a diversidad de herramientas, todas ellas complementarias de la mediación, a fin de resolver los diferentes aspectos del conflicto.

Para ello, el profesional que haya de intervenir en la resolución de los conflictos deberá ser experto conocedor de las diferentes herramientas resolutivas. En este sentido aparece la figura del mediador/facilitador, el cual deberá poseer las habilidades y el conocimiento adecuado, pues dirigirá en todo momento la resolución del conflicto.

El facilitador crea un ambiente positivo de trabajo, apoyando que la organización sea capaz de autogestionarse y alcanzar sus objetivos, aborda los conflictos y apoya su resolución.

¿Qué actuaciones debe realizar el gestor de conflictos a la hora de trabajar en su resolución?

Lo primero que debe llevar a cabo es la elaboración del diagnóstico del conflicto, recopilando toda la información posible, obteniéndose a través de entrevistas. Con ello se identifican las personas implicadas, tipo de conflicto y las causas que lo han originado.

A partir de ahí, se identifica la clase de conflicto, pudiendo ser de relación, de información, de intereses, estructurales o de valores.

¿Cuando surge un conflicto de relación?

La percepción, la comunicación, las emociones, los pensamientos negativos de conflictos no resueltos, entre otros, afectan a la escalada del conflicto deteriorando de forma considerable las relaciones de las personas.

¿Cuando estamos ante un conflicto de información?

Los conflictos derivados de la cantidad de información (por exceso o defecto, de adecuación a la realidad, su idoneidad….). Todo ello puede dar lugar a tomar decisiones de una forma que no resulte la más adecuada.

¿Y los conflictos de intereses?

Se producen cuando no es posible la satisfacción de las necesidades del otro, a menos que se anulan las propias o al revés.

¿Qué se entiende por conflicto estructural?

Tienen su origen en alguno de los elementos constitutivos de la organización, como los diferentes intereses entre los miembros de la organización, la percepción de la desigualdad en el control y la competencia en los recursos limitados.

¿Qué es un conflicto de valores?

Se causan por un sistema de creencias incompatibles, cuando se encuentran valores enfrentados y no se llega a la solución del conflicto porque uno debe/pretende quedar en un plano superior al otro.

En la empresa familiar las relaciones personales de sus miembros son muy estrechas e intensas, y los conflictos pueden afectar a la buen marcha y devenir de la empresa, con los consiguientes costes económicos. Es por ello que el profesional que deba intervenir en la resolución del conflicto aplicará la herramienta que resulte más idónea y acorde para su resolución.


 

Las herramientas resolutivas de conflictos pueden consistir en:


      Diferentes técnicas de facilitación, que permiten un desarrollo satisfactorio de los procesos grupales y personales, con el fin de conseguir los objetivos de la organización, así como la creación de un clima de convivencia donde predomine la confianza y la comunicación fluida y empática constituyéndose como un procedimiento apto con el fin de prevenir y resolver conflictos.

      La mediación, como herramienta poderosa.en los supuestos en los que el conflicto se encuentre focalizado y la relación sea igualitaria, en los supuestos en los que no existan vínculos de jerarquía o poder.


En definitiva y como conclusión, la empresa familiar, como dueña de la planificación de sus proyectos, su realización y transmisión de sus valores familiares y empresariales, puede convertir sus debilidades y amenazas en oportunidades y fortalezas, adoptando e incluyendo la mediación y facilitación en su protocolo familiar como estrategia en prevención y resolución de conflictos, creando un clima de convivencia pacífica, así como una más alta rentabilidad empresarial.